Bettie Bondage - Dándole a tu mamá lo que quiere
Anonymous
no hay fotoDuración: 22:18Vistas: 70KAgregado: 5 años atrásUsuario:
Modelos:esclavitud
Categorías:Madre hijo
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Llegaste a casa de la escuela y escuchaste a tu madre hablando por teléfono con una amiga. Sin querer interrumpir, esperas a que termine. No intentaste escuchar a escondidas, pero no puedes evitarlo. Las cosas de las que habla son... bastante gráficas. Está hablando de esa estúpida nueva película que está por estrenar, aquella por la que todas las mujeres de su edad están locas. Crees que es bastante aburrido, comparado con parte del porno que disfrutas, pero supones que es lo que las amas de casa aburridas necesitan para excitarse... simplemente no pensaste que eso incluía a tu mamá. La escuchas hablar sobre cómo quiere que la traten con dureza. Ella quiere que se la lleven. Cuando te pilla escuchando, juras que sonríe. No hace falta ser un genio para sumar dos y dos. La miras mientras se prepara para ir a su película tonta, viéndola inclinarse, la parte superior de sus muslos de encaje asomando por debajo de su vestido. Piensas en hacerlo aquí, ahora mismo, en el fregadero de la cocina, pero decides esperar. Ella sonríe y te da un beso de despedida, prometiéndote que saldréis juntos más tarde. Poco sabe ella. Cuando regresa de la película, está toda risueña y coqueta. La ves inclinarse para traerles a ambos algunos refrescos del refrigerador y vislumbrar su coño. Ella no lleva bragas. ¡Dios mío, está siendo tan obvia acerca de lo que quiere! Mientras ella va a la despensa a buscarte algunos bocadillos, haces tu primer avance, empujándola contra la puerta y metiendo la mano debajo de su vestido. Ella se resiste, se aleja y te dice que pares, pero sabes que lo quiere. Puedes sentir su humedad mientras gime entre protestas tontas. La giras y la inclinas, deslizando tu polla dentro de ella para darle unas cuantas caricias antes de arrastrarla al dormitorio. Ella te suplica, te dice que te chupará la polla si prometes no follarla. Dejas que te meta la polla hasta el fondo, maravillándote del talento de tu propia madre mientras te degolla la polla. Le haces pensar que cumplirás ese trato, hasta que no puedas contenerte, levantándola y colocando tu polla en la entrada cálida y húmeda de su raja. Ella te ruega que no lo hagas, pero la empujas hacia abajo y ves cómo tu polla se hunde mientras las protestas de tu madre se disuelven. Finalmente lo admite ante sí misma: quiere que su hijo se la folle. Al verla empezar a rebotar en tu polla, te burlas de ella por lo mojada que está. Ella lo niega al principio, pero no hacen falta muchas caricias largas y profundas en su necesitado coño para empezar a rogar por ello. Ella te hace prometer que no te correrás dentro de ella, pero sabes que no debes creerle.